¿Audaz? Tal vez. ¿Adictivo y electrizante? Sin duda.
El perfume de mujer Black Opium Eau de Parfum juega con la intensa vibración que se produce cuando la oscuridad se encuentra con la dulce luminiscencia.
Tan adictivo como esa primera dosis de cafeína, con electrizantes flores blancas para unirlo todo, este oriental gourmand de nueva generación se aleja radicalmente de la estructura clásica del perfume, esta vez inspirado en el movimiento artístico del claroscuro, donde el énfasis se pone en el contraste y la tensión entre la luz y la oscuridad.
Jugando con la incongruencia entre el amargor del acorde del grano de café, un ingrediente nunca antes utilizado en una cantidad tan elevada en una fragancia femenina, y las radiantes flores blancas, Black Opium provoca una sensación de vértigo, rayana en el éxtasis.
Primero es el despertar. La nota del grano de café te golpea con fuerza, sacudiendo tus sentidos. A continuación, la fragancia se vuelve más suave y femenina con las flores blancas del Jazmín Sambac y el Absolu de Azahar para terminar de una forma increíblemente adictiva, animada por la atracción ambrosial de la vainilla y las notas amaderadas del Cedro y el Pachulí, que le dan un toque redondeado, con profundidad y misteriosa elegancia.
Este juego de luz y oscuridad es inmediatamente subversivo, despertando la curiosidad de todos los que se acercan; invitándoles a volver a por más; jugadores voluntariosos, todos en un juego olfativo con una intensa recompensa.
La mujer del Opio
Negro Impulsiva, siempre en movimiento, se siente más a gusto en una ciudad donde el ritmo de la vida urbana coincide con su sentido de la espontaneidad. Como una cazadora urbana en un safari por la ciudad, busca la aventura. ¿Cuál será su próxima fijación: un amante, un lugar, una idea?
Es un campo de fuerza, tan embriagador como el espíritu de la mujer Yves Saint Laurent de hoy; feroz, dinámica, enérgica y que atrae de inmediato. Internacionalmente atractiva, distintiva y original, sólo podía haber un nombre para una fuerza tan resplandeciente: Black Opium. Con un sentido contemporáneo del peligro, el nombre Black Opium evoca la asunción de riesgos, la búsqueda de lo prohibido, hacer algo que no se debe hacer; se trata de la sensación de deseo, de querer siempre más, de no tener nunca suficiente.
El frasco:
La forma resulta extrañamente familiar: el centro redondo y femenino en el corazón del icónico frasco cuadrado de Opium. Acabado en negro mate brillante, el frasco de Black Opium tiene algo intensamente urbano, como si sólo pudiera existir en una ciudad. Su acabado en polvo de diamante brilla con delicadeza, un diamante en bruto, pero siempre sutil. Incongruente en un entorno urbano, es la antítesis de la «ostentación». Subversivo, táctil, cabe en la palma de la mano, se siente acogedor. Forma parte de ti.
